1- Colocamos trozos de frutilla junto con el azúcar en una cacerola.
2- Llevamos a fuego medio en la hornalla pequeña hasta que rompa hervor.
3- Bajamos a fuego mínimo y cocinamos hasta que el azúcar se vea líquida y la fruta se deshaga.
4- Retiramos del fuego y dejamos enfriar para que tome consistencia.
5- Vertemos la mermelada en un frasco esterilizado.
6- Una vez fría la preparación, la conservamos en heladera (no más de una semana).